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Bañarme como un ritual. Un consumo consciente.

Actualizado: 12 oct 2020

Paso hoy a platicarte de la intención que tiene Flor Blanca, cuando hablamos de evitar los desperdicios, y transformar el concepto de “basura” que cada año impacta tanto en nuestro medio ambiente.


Hace tiempo nos estábamos bañando, un día muy tranquilo la verdad. Siempre desarrollando un ritual de baño, que va desde limpiar tu boca, con cariño. Lavar tu pelo, limpiar con la pureza del agua todo lo que se ata en tus cabellos.

Limpiar la piel. Dejar piel vieja en ese momento, para renovar el cascarón y salir más puros. Más nosotros mismos después de limpiarnos en el baño.




Observando estas acciones, nos dimos cuenta que los productos que teníamos en nuestras manos, venían en paquetes de plástico, todo en envases. Nuestra medicina era empaquetada por las farmacéuticas, en píldoras y jarabes. U otros tratamientos que no parecían del todo naturales. Muy transformados por el hombre. Y por lo tanto: no tan puros.

Eso despertó la primer inquietud de Flor Blanca. La firme intención de empezar a bañarnos como un ritual, pero teniendo en nuestras manos herramientas naturales para que esto verdaderamente suceda.

Estamos conscientes que el poder de una intención yace dentro de ti, y aunque tengas algo muy procesado como herramienta; la intención permanece fuerte y puedes llegar a lograr lo que quieres.

Pero, si tu intención ya es fuerte, y a eso le añades la naturaleza que te rodea como instrumento para limpiarte, con agua, jabón, shampoo, cremas, aceites, bálsamos; todos de ingredientes puros y naturales; entonces aquellas intenciones que tienes dispondrán de un vehículo natural, permitiendo conectar mejor la intención con la materia. Cuando nosotros trabajamos en los productos que tú recibes, la única transformación que se ejecuta en Flor Blanca, es la de fusionarlos en una sola cosa. Unir la maravilla de cada componente, usando el poder de los elementos y nuestras intenciones; para que tú al usarlos, sigas en una intención que te limpia, purifica, y mantiene en armonía.

Platicamos un ratito con las plantas, ceras, o aquello que usemos para hacer medicinas. Escuchamos lo que tiene el corazón por decir en ese momento. Y comenzamos con la intención de hacer cada movimiento en la vida con presencia, como un rezo.


Sigues el ritual con el que cada magia es creada, al usarlos con consciencia. Sin desperdiciar. Pues todo suma. Todo se aprovecha.

De esta manera, trasciende un acto de consumir productos de bienestar personal, en un acto de adquirir los canales con los que me voy a purificar en mi ritual de baño y de comenzar el día.



Si así, también nace tu interés por no solo limpiar tus asperezas, sino también, mantenerte en salud, consume conscientemente aquellas cosas que te sanan. Que te mantienen en balance. Usando ese mismo ritual, ahora aplicado a tu bienestar y a tu medicina.


Es una energía que debes trabajar todos los días, llegando a un punto, de estar presente cada que consumes. Materiales que te limpian, purifican y mantienen en comunión con lo que vives.

Podemos hacer de cada acto, uno de presencia. Preservando la salud y la felicidad de estar vivos.

Namasté


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