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Encendiendo una vela. La conexión entre el cosmos y la tierra.

Actualizado: 12 oct 2020

Hola nuevamente, te agradecemos mucho que te des el tiempo de pasar a leer estos escritos que te compartimos desde el corazón 💓.


Hoy pasamos a compartirte una de las tradiciones nativas de nuestros pueblos indígenas, que indudablemente impactaron en nuestra manera de usar y comunicarnos con el poder que habitan en los elementos. Especialmente, aclaró nuestra relación con el abuelo fuego 🔥 y su potencia transformadora para elevar los rezos.


Esto lo aprendimos de nuestros pueblos indígenas, particularmente, del pueblo wirraxika que vive en la sierra norte de nuestro país México.


Dentro de muchas de sus prácticas espirituales y tradicionales, una que marca mucho sus raíces y la cultura que los acompaña desde sus tradiciones y ancestros, está la de hacer ofrendas. Una vez platicando con un maestro que pertenece a ese pueblo, nos decía que la ofrenda es un intercambio energético que entregas voluntariamente cuando vas a pedir por algo o por alguien. Y a veces más que una petición, se transforma en un acto de agradecimiento por lo que ya está contigo. Es una acción que implica desprenderte de una parte de ti, de un cúmulo energético, de un pensamiento, de un recuerdo o de un esfuerzo consciente, impulsado por tu propia voluntad de hacerlo.


Normalmente, estas ofrendas entregan en un acto también acompañado por el peregrinaje, que es una caminata de gente que se acompaña en una misma intención, y que tiene como objetivo entregar el esfuerzo de los pasos caminantes, como acto de agradecimiento a la tierra 🌏 , el fuego 🔥 , al maíz 🌽 , al mar 🌊 , etc; y que en su ubicación se centra un lugar sagrado, un lugar de ofrenda, un centro energético.

Normalmente los actos de ofrenda y de peregrinaje, se hacen en sincronía con las estaciones del año, agradeciendo por los distintos milagros que nos entrega la madre; y se están constantemente practicando a lo largo de la vida de las familias.


Cuando se llega al lugar de ofrenda, al pilar de luz; se entrega una ofrenda de velas. Velas que van vestidas con tus intenciones, en donde conscientemente tú tomas un pedazo de listón, y lo coses alrededor de una vela tejiendo en esos listones las intenciones que te llevaron a hacer ese acto. Mientras estás tejiendo tu listón, estás haciendo tu rezo y estás plasmando la energía de esas intenciones en un objeto físico.

Estás transformando el universo de las intenciones, de los pensamientos, de los sentimientos: el universo del espíritu. Y lo estás materializando con tu propio cuerpo.


Normalmente los listones de estas velas simbolizan las cuatro razas, las cuatro direcciones y los cuatro colores del maíz.


Y una vez haciendo este acto. Le preguntamos a este mismo maestro que porqué eran las velas, que cuál era la simbología de entregar en un acto de ofrenda, una vela.


Y en sus palabras el nos explicaba que cuando tú tomas una vela siempre es importante acercarla a la tierra y que la toque. Y entonces desde esta conexión entre la vela y la tierra, la enciendes; no sólo como un acto físico, sino también encendiendo una conexión entre el cielo y la tierra. Porque cuando tú conectas con el poder que está en la tierra, y enciendes una vela, estás invocando a la energía espiritual y a la energía material, dos planos dimensionales que están en constante interacción a través de nosotros, los seres espirituales.




Entonces en el momento que una vela fue energizada por tu ofrenda de peregrinaje, fue intencionado cada paso en el camino, toca la tierra y se enciende como un rezo; no sólo estamos encendiendo una vela: estamos creando un pilar de luz, un centro energético, un lugar sumamente luminoso.


Por que en ese lugar habitas tú, que eres una energía sumamente luminosa. Habita tu esfuerzo voluntario, el poder material que tienes al usar tu cuerpo como instrumento. Habita una intención pura, tejida sobre la misma vela, y se enciende como un acto de conexión con el todo, la unidad.


De esta forma, se puede transformar un acto muchas veces ignorante del alcance que tiene, como lo es encender una vela; en un acto de plena presencia y conciencia total sobre el poder que vive dentro de mí y que me rodea todo el tiempo.

Normalmente se deja en el lugar de ofrenda, una vela encendida, y una o más de una intención en velas con listones, sin encender.


Las velas con los listones pueden ser ofrendadas según la cantidad de rezos que tú gustes dejar en ese lugar sagrado. Lo importante es que exista siempre una vela encendida, y por lo menos una vela apagada.


En ese mismo lugar de ofrenda, se dejan Flores, objetos de protección, monedas que simbolizan la abundancia, semillas; y se entrega un canto y la palabra de cada uno de los participantes de ese acto de conexión. Conexión que no sólo sucede el cosmos y la tierra, sino también con la tribu que se une para hacer rezos en conjunto, y multiplicar la energía de todos los corazones que integran la familia.

La idea es que tú practiques tus propios rituales con aquello que vibra cerca de tu corazón ❤️ y lo enciende.



Ahora lo sabes, y te invitamos a que lleves estas prácticas a tu vida diaria, acercando nuevamente el acto ritual como un caminar constante en esta vida. Recordando que lo sagrado vive en todos nuestros actos, en nuestra atención y presencia en plenitud.







Te invitamos a que pases a ver las velas que nosotros hacemos con mucho amor para que tú puedas elevar tus rezos y conectar con lo sagrado que eres.


Namaste 🙏🏽




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