Gracias una vez más por ser parte de este espacio que construimos todos juntos.
Recuerda tomar un breve respiro hacia el corazón, cada que te acuerde durante el día.
En este año que terminó recientemente, una nueva realidad fue construida por todos juntos: la de estar en casa, convivir con nuestro cuerpo, pensar, sentir, sin espacio para la evasión.
Cuando somos parte de las urbes, en donde el espacio es cada vez más dañino que productivo, sobre todo para nuestro estado de salud; nuestra seguridad ya no está garantizada. Los autos siguen su contaminación, las industrias continuan su producción en cantidades inmensas, explotando los recursos de la madre natural. Así, es complejo perpetuar nuestra salud si el espacio que ocupamos, no está intencionado hacia mejorar la calidad interna de vida.
Como miembros de una civilización con tendencia consumista, es ya necesario que sepamos con seguridad, qué contenido tienen las cosas que adquirimos. Y coincidimos en que muchos de nosotros, tenemos un especial llamado para con el elemento 🔥 fuego.
Tener un fuego encendido, en una práctica de yoga, meditativa, una ofrenda, altar, o simplemente para transformar la energía del día; buscamos siempre motivos para tener una vela. Y si tiene aroma, mejor.
Pero en esta misma realidad que nos motiva a informarnos sobre el contenido de las cosas que consumimos, encontramos la parafina.
Siempre nuestra iniciativa en este blog, es que te informes. Que brote de ti, la curiosidad por informarte, sobre todo en esta actualidad que permite acceder a la información con tanta facilidad. Y tomar decisiones para la mejoría de nuestra vida, y la permanencia del estado de dicha; basados siempre en el poder que yace en el conocimiento y la mente organizada.
Resulta ser, que la gran mayoría de las velas que se encuentran en el mercado, tienen su base en cera de parafina. Y aquí es en donde comienza toda la realización. Porque informándonos, vemos que la parafina es un derivado del petróleo.
Te invito a que tomes este nuevo conocimiento, cierres tus ojos, y lo medites por un tiempo.
Velas echas principalmente, de un derivado del petróleo.
Cuando nosotros nos preguntamos esto, concluimos que era como tener un auto, o una fábrica, dentro de tu casa, el altar más grande que existe de tu ser. Y tú que te ibas a casa, creyendo que ahí te librarías de la polución que está en las calles.
Ahora, este espacio nunca pretende que tus decisiones se basen en algo distinto a la seguridad. Y aquí no le tiramos a nada. Todo es parte del gran misterio-universo en el que residimos, y aquí todo es perfecto.
No obstante, puedes tomar decisiones basado en aquello que va nutriendo cada día tu consciencia, y siempre te recomendaremos, usar tu energía para la salud y la juventud eterna.
Si tienes intención de informarte más a profundidad de los efectos adversos al humano, con respecto a la parafina, te dejamos este enlace que habla más a detalle. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002731.htm
Presta atención, hay cosas que son mejor no saberlas.
La realidad es que cuando hablamos de calidad de aire en nuestra casa, nos referimos a algo más profundo que encender velas de petróleo.
En este nuevo ciclo que comenzó apenas, nos invitamos a que en cada casa, construyamos un altar que se dedique a rezar y vibrar por cosas que nos mejoren. Por amistad, amor, hermandad, unidad, compasión, corazón, quietud. Y con ello, es nuestra responsabilidad, qué cosas introducimos a un espacio sagrado como lo es nuestro hogar, quién acude al mismo, qué alimentos se preparan, qué música y latido se reproduce ahí.
Elige conscientemente, porque puedes; y siempre pero siempre, echa un rezo encomendándote a tus creencias, para que todos andemos en armonía.
Ya estamos, pero se nos olvida.
Adquiere objetos más cercanos a tu naturaleza. Y hablando de las velas, la cera de soya o abeja son opciones que se parece más a tu organismo.
Date una vuelta por nuestras opciones, que tienen un rezo distinto cada uno, para que tú al encenderlas y compartirles del fuego de tu interior, continúes con su cometido.
Namasté
Gracias
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